Me he decidido a recuperar un
artículo que escribí hace años en la revista del Calabozo del Androide (ya
irrecuperable por completo) reciclarlo
para esta sección de superhéroes bizarros. Y puede que estos dos personajes
sean famosillos, pero no todos los fans de comics han escuchado hablar de ellos
y por eso voy a darles la atención que se merecen, empezando por el Monitor.
Por cierto, en la lista de IGN de los 100 mejores villanos de comic de todos los tiempos, el Antimonitor está en el puesto 49. No es mal puesto teniendo en cuenta que hay grandes pesos pesados como Magneto, Green Goblin, Lex Luthor o Joker.
Lo primero de todo es decir que
el Monitor es un personaje del que apenas he leído nada. De hecho, he leído
sólo una historia. Pero no es una historia cualquiera, no, es la Crisis en
Tierras Infinitas. Es en ese número cuando el Monitor brilla con máximo
esplendor. Pero la pregunta que muchos se harán es, ¿quién es el Monitor?
¿Héroe o villano? El Monitor, en muchos sentidos, es un personaje complejo que
no puede ser catalogado de una manera tan categórica.
El Monitor, a los ojos del
lector, es presentado como un villano de tomo y lomo. Es un sujeto que se
dedica a espiar a los héroes del mundo y a someterlos a durísimas pruebas con
intenciones finales desconocidas. El Monitor ‘monitoriza’ todo lo que encuentra
a su alcance, tanto le da que sean héroes como que sean villanos, de hecho. Es
un voyeur de la tragedia humana de misteriosas intenciones.
Con ese currículo, claro, no
podía ser presentado precisamente como un héroe más del Universo DC, y por eso
la imagen que siempre se tuvo de él fue la de un villano. Pero eso cambió con
las Crisis en Tierras Infinitas.
Por aquel entonces el Multiverso
DC bordeaba el ridículo. Había tantos universos paralelos y tantos personajes
duplicados que había que enumerarlos si uno no quería perderse en toda la
maraña (Superman de Tierra 1, Superman de Tierra 2…). Era tal la saturación de
personajes (algunos ciertamente absurdos, como la familia de Shazam al
completo, todos superhéroes) que se decidió cortar por lo sano y se dio luz
verde a esta macrosaga.
La idea inicial es de una
sencillez abrumadora: los distintos universos están desapareciendo, aniquilados
por una fuerza sin precedentes. La velocidad a la que los personajes son
eliminados da pasmo, y es de agradecer para poner un poco de orden en todo ese
caos.
En medio del lío, aparece el
Monitor. De repente revela que la finalidad de sus actos era preparar a los
héroes para ese momento, y la cosa empieza a ponerse interesante. El origen del
Monitor sigue sin estar claro, pero uno empieza ya a vislumbrar un objetivo, un
plan predefinido. El Monitor insiste en decirles que esa será una batalla sin
igual. En el Universo DC, posiblemente, se puede considerar como la primera y
mejor ‘batalla sin igual’ que ha tenido, ya que al fin y al cabo todas las
batallas y sagas posteriores no son más que repeticiones de esta idea, del
mismo modo que todas las sagas Marvel son repeticiones de las Secret Wars.
De modo que los héroes se
preparan para luchar. El enemigo parece dirigir un ejército de extrañas sombras
que intentan colapsar los distintos universos. Los héroes DC parece que van
ganando la contienda, pero de repente la historia da un giro más que
interesante, y que hace que el interés del lector alcance el punto máximo.
El Monitor es una gran
manifestación cósmica. Nació como fruto de los experimentos de un científico
irresponsable que, sin saberlo, desequilibró el orden natural de las cosas. Y
como consecuencia de ese equilibrio, el Monitor no nació solo. Al mismo tiempo,
en un universo paralelo, nació el Antimonitor.
Se dice que se puede medir a
alguien por la talla de sus enemigos. En el caso del Monitor se confirma la
regla. El Antimonitor era, sin lugar a dudas, el villano más letal y maléfico
que había conocido jamás el Universo DC, además de uno con un aspecto sin duda icónico. Su meta era simple: la destrucción de
todos los multiversos. Porque no ha conocido otra cosa que la destrucción, y
porque ese ha sido su cometido desde su misma existencia. Allá donde el Monitor
observa y aprende, el Antimonitor aplasta y corrompe. Su ejército de sombras no
es más que una versión perversa de los métodos del Monitor.
Con cada Universo destruido el
Antimonitor es más fuerte, hasta que consigue tomar control de los allegados
del Monitor y éstos acaban con su vida. Pero eso, claro, el Monitor ya lo
sabía. Sabía que iba a suceder. Por eso ha estado preparando a los héroes tan
duramente.
A partir de este punto de la saga
el peso de la historia cae sobre el Antimonitor. Un personaje fascinante no
sólo por el hecho de ser el primer villano ‘cataclísmico’ del mundo del comic,
sino por la gran cantidad de actos dramatizados que los guionistas le hacen
cometer. Desde la destrucción de todos los multiversos para dejar sólo uno,
amalgama de los anteriores, hasta la épica muerte de Supergirl a sus manos, un
momento calificado como uno de los mejores de la historia del comic. El mero
hecho de leer el momento en que Superman lleva el cadáver de su prima muerta
hacia el Sol para otorgarla un funeral digno de los dioses es memorable y
mítico. Sin embargo el Antimonitor no detiene ahí su lista de muertes, y es
también responsable de la desaparición de Barry Allen, el primer Flash, en otro
momento que sorprende por lo trágico de la situación: el héroe muere solo, sin
que nadie sea testigo de su sacrificio, y sin que nadie se entere de hecho
hasta mucho más tarde de que haya sucedido. Provoca en el lector una sensación
de repulsa, como si fuéramos testigos no permitidos del suceso, nos hubieran
amordazado y no pudiéramos contar lo que hemos visto.
Ignoro si después de esta saga el
Monitor ha vuelto a aparecer en alguna ocasión. El Antimonitor lo ha hecho al menos una vez, y sorprendentemente su uso ha sido muy muy acertado, y eso que soy un enemigo acérrimo de los retornos eternos de los personajes en los comics. Pero sólo ver esta imagen , en la que emerge de una batería de anillos negra, basta para ver que se han tomado su regreso muy en serio.
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