viernes, 14 de noviembre de 2014

Grandes Villanos de Marvel Universe: El Demoduende (Demogoblin)

La verdad es que cuando analizo cómo eran los villanos que más me molaban cuando era crío, resulta curioso que no me molaran nada las pelis de terror, porque eran todos unos personajucios inquietantes cuanto menos. Venom, Carnage, el Doppleganger, Alimaña, Carroña... todos eran sujetos prácticamente salidos del infierno.

En el caso del Demoduende, eso era literalmente cierto.


La historia del Demoduende, o Demogoblin, como se llamaba en inglés, resulta cuando menos peculiar e interesante. Todo comenzó durante la saga conocida como Inferno, durante la cual una criatura Infernal llamada N'astirh se hizo con el control de Nueva York y lo convirtió en un campo de batalla plagado de criaturas abominables, siendo cada día una verdadera lucha por la supervivencia. El grueso de esta historia se desarrolló en las colecciones de los mutantes, pero obviamente tocó de lleno a todos los héroes urbanos de la ciudad, principalmente Daredevil y Spider-man. En el caso del segundo, algunos de sus enemigos tomaron ventaja de las circunstancias para tratar de matarle (Mysterio), otros se vieron afectados por el aura demoníaca y enloquecieron (el Lagarto, el Duende Verde), y finalmente, está lo que hizo el muy gañán de Hobgoblin.

Este tío, del que merece la pena hacer una entrada entera y así se hará, no era el Hobgoblin original, sino un villano de segunda llamado Jack O'Lantern que se hizo con los trastos del Hobgoblin anterior cuando éste, aparentemente, murió. Eso no le salvó de ser un perdedor enfundado en pintas más flamantes pero igualmente ineficaces, pero hay que admitir que tener, tenía un par. ¿Por qué digo esto? Pues porque se plantó nada menos que delante del mismísimo N'astirh y le suelta que le dé poder, y a cambio tendrá su alma, tras lo cual N'astirh, tal cual, se parte la caja, le dice que para qué quiere su alma, que vaya asco de alma, pero que como le ha hecho reír, eso se merece algo... y zas, le da con un rayo, y...


Así pues, el Hobgoblin consigue lo que quiere, en efecto... pero el precio es muy, muy alto. Ya no es un hombre, y a medida que van pasando los meses y los números de la colección, es cada vez más un duende monstruoso, con una boca llena de colmillos y una lengua larga de esas que tanto proliferaron en los 90.


El trauma de la transformación volvió medio chalado a Jason Macendale, que así se llamaba este segundo Hobgoblin, y empezó a obsesionarse con la destrucción y captura de lo que él llamaba todo el rato 'los pecadores', que, a efectos prácticos, era cualquiera que tuviera la desgracia de cruzarse en su camino. Sus poderes habían aumentado de manera muy sustancial, incluyendo extrañas cualidades místicas, pero cuando más poderoso parecía volverse, menos humano era Macendale.

Esta etapa del Hobgoblin fue muy curiosa porque fue el trampolín perfecto para enfrentarle con enemigos nada típicos en las colecciones de Spider-man, tales como Ghost Rider, Johnny Blaze, Darkhawk, Doctor Extraño o Moon Knight. Un enfrentamiento contra Ghost Rider reveló algo extraño en su naturaleza, como si no fuera exactamente un hombre, ni exactamente un monstruo... hasta que la verdad afloró.

Durante un enfrentamiento contra Spider-man, Hobgoblin parecía estar contra las cuerdas cuando, de manera sorprendente, su parte 'demoníaca' adquirió vida propia y se separó de Macendale, naciendo así el Demoduende. Este sujeto era un demonio puro, encerrado en una especie de limbo hasta que N'astirh fusionó su esencia con la de Hobgoblin. Una vez libre de su huésped, sin embargo, pudo por fin circular con entera libertad, y mostrarse en todo su malrollero esplendor.


El Demoduende, que por cierto suena mucho mejor en castellano que en inglés, no estaba manco precisamente. Posee poderes místicos de lo más potentes, que le permiten operar a nivel mágico en varios aspectos. Aparte de eso su fuerza, agilidad y reflejos son sobrehumanos, lo que le capacita para aguantar a la perfección un cuerpo a cuerpo contra otros héroes terrenales. Su planeador está vivo (o algo así) y formado enteramente de llamas, y llamas precisamente son lo que puede también arrojar desde sus manos. Ah, y sus bocadillos son como curvos y con borde rojo; eso sí es ser cool, toma nota, Lady Gaga.

Su reserva de bombas calabaza es ilimitada y parece crearlas de la nada. Aparte de producir explosiones como las naranja originales, posee otras, de color negro, que afectan al alma del que está cerca, imbuyéndole de tristeza, dolor y desesperación. Dementores portátiles, vamos. Además de eso ha aprendido algunos trucos extra del Hobgoblin durante su fusión mística, y emplea murcinavajas (unas cuchillas parecidas a batarangs), bombas con gas, y ha adquirido conocimientos de lucha militar y estrategia de combate. Por si todo esto fuera poco, logró doblegar al siempre simpático Doppleganger de Spider-man, una de las criaturas más letales e inhumanas jamás creadas para un comic de Marvel, una especie de Spider-man monstruoso con seis brazos, colmillos, y ojos de auténtica araña. Un amor, vamos.

El Demoduende se cree un siervo sagrado del Señor, y desea aniquilar a todos los pecadores (de ahí la obsesión de su anterior huésped). Ello se debe a que él mismo se consideró uno, y ésta es su manera de expiar tal actitud. Durante números y números, parecía que cualquiera era un pecador a los ojos del Demoduende; volveré a ello ahora.


Existe alguien a quien el Demoduende odia, sin embargo, más que a nadie, y sorpresa, no es Spider-man, sino aquel que fue su huésped, el Hobgoblin, al que considera el mayor pecador de todos, tal vez porque le conoció pero que muy bien. Durante mucho tiempo estuvo acosándolo, y Spider-man salvó su miserable pellejo, hasta que el Hobgoblin, harto de estar siempre a la defensiva, decidió viajar a Rusia, donde obtuvo el suero que dio a Kraven su fuerza aumentada y, con nuevas energías, trató de matar al Demoduende. En mitad de la pelea, una columna iba a caer sobre un niño de unos ocho años y, a riesgo de su vida, el Demoduende la sostuvo haciendo un esfuerzo supremo, algo que el Hobgoblin aprovechó para herirle de gravedad, lo que le debilitó aún más. Spider-man salvó al chico por petición del Demoduende, que le dijo que el niño no debía morir, pues los niños son inocentes, y una vez lo logró la columna se desplomó sobre él, matándole. Cuando Spider-man se acercó a sus restos, no quedaba nada más que ropajes vacíos, y pronunció una curiosa frase: 'al final... el demonio era más humano'.

Sorprendentemente para tratarse del Universo Marvel, hasta la fecha ese ha sido el fin auténtico del Demoduende. En la continuidad de Ultimate, su historia es muy, muy, muy distinta; tanto, que alguno lo fliparía si le dijera quién es en concreto. Os metéis en la wikipedia y buscáis demogoblin ultimate, para evitar spoilers. Pero como una imagen no hace daño a nadie...

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