En el Universo Marvel hay muchos villanos, y de muchos tipos. Eso es algo que a día de hoy casi ninguna persona sobre la faz de la Tierra pone en duda, debido a las muchas películas en las que han aparecido. Dicho esto, es cierto también que muchos de ellos, sin dejar de ser personajes interesantes, están cortados por clichés milimétricos. De este modo tenemos al dictador conquistador (Doctor Muerte), al genio incomprendido (Doctor Octopus), al vengativo obsesivo (Venom) o al criminal mafioso (Kingpin), por citar unos cuantos.
Existen sin embargo otros personajes que poseen una idiosincrasia propia, debido sobre todo a la naturaleza de los poderes que los definen. Estos personajes entran en la categoría de 'demasiado bestias como para dejarles hacer a su antojo', de los cuales seguramente el Hombre Molécula, con la capacidad de alterar TODAS las moléculas a su antojo, sea el más significativo y de quien merecerá la pena hablar en un futuro.
Ahora, sin embargo, nos centraremos en otro igual de interesante: El Hombre Púrpura, que ha ascendido escalones en la fama gracias a la serie de Jessica Jones.
El Hombre Púrpura, de nombre real Zebediah Killgrave, es uno de esos villanos que, para un escritor, pueden suponer todo un regalo, pero si no se emplean bien se pueden convertir en un quebradero de cabeza argumental. Hace falta cierta experiencia para manejarse con personajes que pueden perpetrar casi todo lo que se les antoje sin obstáculos, pero la realidad es que, una vez les has cogido el pulso, resultan de lo más gratificante que se te puede pasar por el folio. Sé bien lo que digo, pues cuando escribí el libro The Jammers, uno de sus peores enemigos era Breakdown, antiguo componente de la banda con el poder de matar con la voz, y a fe mía que fue de los personajes con los que más disfruté y de los que más jugo pude obtener.
El interés de personajes así es que hay que elaborarles una personalidad singular que justifique que no se lancen, simplemente, a usar sus cualidades casi omnipotentes sin más, porque en verdad, si lo hicieran, casi nadie podría detenerles. En el caso del Hombre Púrpura, su poder pasa por controlar por medio de la voz a cualquiera que se encuentre físicamente cerca de él. La naturaleza de este poder es de origen químico (una exposición accidental a un agente extraño que también decolora su piel y pelo de un característico púrpura), y funciona por medio del aire; basta oler o absorber las sustancias que expele, similares a feromonas, y se pierde la voluntad.
Existen ciertas variantes según la época y el medio en que aparece el personaje. En los cómics, el poder funciona a plena potencia con él presente, y se disipa con lentitud una vez se ha marchado, aunque no a la misma velocidad en todos los individuos. Hay, además, un fuerte factor visual implicado, es decir, es más difícil resistir si además está frente a uno. Aunque no se conoce un límite concreto a su capacidad de influenciar simultáneamente a varias víctimas, se sabe que al menos es capaz de hacerlo con docenas de ellas de una sola vez, como demostró una vez en un restaurante, algo de lo que luego hablaré más. Las órdenes pueden ser físicas y puede llegar tan lejos como para borrar mentes, lo que le coloca sólo un paso por debajo de los poderes psiónicos de mutantes como el profesor Xavier. En los cómics puede incluso provocar alucinaciones en sus desdichadas marionetas.
Dicho todo esto, está claro que el Hombre Púrpura no es enemigo para tomar a la ligera. Existe sin embargo un cierto toque realista en el hecho de que Zebediah Killgrave no tiene interés en 'conquistar el mundo', y eso es en realidad lo que salva al personaje de ser un villano estereotipado más. Lo único que Killgrave desea es vivir a lo grande, y no cabe duda de que lo ha conseguido a menudo con creces. Gracias a sus poderes salvó la vida de manera inadvertida, pues nada más obtenerlos, ejerciendo como espía, fue capturado, y él mismo fue el primer sorprendido de que se creyeran su coartada y le dejaran marchar. No tardó en robar suficiente pasta para no volver a tener problemas con el dinero en su vida, así como atacar la mente de una mujer con la que vivió durante años y abandonó no sin antes dejar embarazada.
Púrpura se pasó un tiempo ejerciendo su control de manera discreta en la Cocina del Infierno, donde colisionó con el que sería su peor enemigo durante muchos años: Daredevil. La naturaleza de los poderes de Murdock le hacían en gran medida inmune a los del Hombre Púrpura, gracias al extremo control de sus sentidos y a su carencia de visión, y le mandó a la cárcel en repetidas ocasiones. Más adelante Púrpura se obsesionó con acechar a un pobre X-Man por el simple placer de ver hasta dónde podía potenciar los poderes del joven mutante, jugando a un sencillo pero perverso juego de manipulación.
Sin embargo sus dos peripecias más interesantes involucran a dos personajes muy concretos. El primero de ellos es el Doctor Muerte. En la novela gráfica 'Emperador Muerte', el dictador Latveriano acecha y captura al Hombre Púrpura. El primer asunto interesante es la manera en que Muerte se resiste a los poderes de Killgrave. Para los guionistas hubiera sido muy fácil argumentar que Muerte posee una armadura que le protege de inhalar las sustancias que Killgrave exhala, pero en vez de tomar el camino fácil, nos destacan lo excepcional del enemigo de los 4F cuando se retira la máscara delante de Killgrave y, no sólo logra resistirle por pura voluntad, sino que es Killgrave el dominado y horrorizado al contemplar el atroz rostro mutilado de Muerte.
Experimentando con Killgrave, Muerte crea un 'psicoprisma' que le permite tener los mismos poderes del propio Killgrave. Eso, sin embargo, es sólo el primer paso, y consigue amplificarlos al mundo entero, de tal modo que domina a todos los seres del planeta a su voluntad. Hay dos peros interesantes llegados a este punto. Uno es que conocemos los límites del Hombre Púrpura pues existen varios seres inmunes a su poder: los robots. Así Ultrón, La Visión y el Hombre Máquina deben ser dominados por otros métodos. Wonder Man es también inmune debido a carecer de metabolismo, sin que Muerte lo sepa, lo que nos lleva al otro asunto interesante: Muerte no sólo no se molesta al saberlo... sino que se alegra. ¿Por qué? Leed la entrada de Doctor Muerte y lo averiguaréis. Merece la pena.
La otra peripecia de Púrpura es, cómo no, su relación odio-odio con Jessica Jones. El guionista Brian Michael Bendis logró insuflar nueva vida a este personaje conviertiéndole en el detonador que arruinó la vida de la superheroína Joya, una joven ingenua que tuvo la mala suerte de toparse con un psicópata controlador de mentes. Púrpura tiene dominada a la pobre muchacha durante meses, tras lo cual, aburrido, la ordena matar a Daredevil. En el camino, aturdida y recuperándose a medias, confunde a la Bruja Escarlata con Daredevil y eso la pone en contra de los Vengadores, que casi la matan de la paliza que la dan. Una vez recuperada, acaba tan asqueada que decide colgar el traje y convertirse en investigadora privada, no sin padecer enormes traumas psicológicos debido a la tortura de Púrpura. Más tarde los caminos de ambos se vuelven a cruzar y Jessica Jones salva a todos gracias a un 'regalo' que le hizo Jean Grey, de los X-Men: la capacidad de resistirse al control mental de Púrpura. Eso sí es un presente de verdad y no una taza de Mr. Wonderful.
Lo que nos lleva al fin a la serie de Jessica Jones. En la serie el Hombre Púrpura, sólo llamado Killgrave e interpretado por el genial David 'Doctor Who' Tennant, es un cerdo sociópata que topa con Jessica Jones antes de que se convierta en heroína. Igualmente la domina y tortura, pero esta vez se incluye la violación, tanto física como emocional. Una vez se libra de Killgrave, la vida de ambos se entrecruza e intrinca de manera muy lograda, conviertiéndose en el centro de la trama la obsesión de Jessica por capturar a Killgrave y obtener pruebas de su existencia y poderes (en los cómics hay muchos otros casos que no involucran a Killgrave).
En la serie, Killgrave no es púrpura, aunque viste a menudo con dicho color (tal como hace tambien en los cómics) y a veces su piel se tinta muy ligeramente de ese tono al emplear sus poderes. Pero lo más interesante de Killgrave es que posee dichas cualidades desde la más tierna infancia, y eso lo convierte sin duda en el psicópata definitivo, pues no ha desarrollado los mecanismos emocionales que le hacen comprender que quienes le rodean son seres humanos como él. No duda en ordenar a la gente atrocidades como 'tírate el café ardiendo a la cara', 'haz que no quede nada de él' o 'golpéate la cabeza con esa columna hasta que la derribes'. Aunque sin duda la mayor atrocidad, por maléfica e innecesaria, la lleva a cabo en los cómics, donde, comiendo en un restaurante, se siente molesto porque la gente está hablando y dice 'no respiréis'... provocando la muerte de docenas de personas.
Espero que os haya interesado el personaje, y recordad, ¡hay más artículos en el enlace principal!
Página de Magnus Dagon, con enlaces a sus libros, sus relatos y otras secciones: "Credit 1" (dedicada a los videojuegos), "Grandes Villanos de Marvel Universe" y "Animecríticas".
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